“Pero en el rechazo del mundo, nace un nuevo mundo: nacen leyes nuevas donde
ya no hay ley; nace un nuevo honor donde el honor es deshonor. En la facilidad
del amor, el miserable se siente hombre: funda su confianza en la vida, hasta
despreciar a quien tiene otra vida. Los hijos se lanzan a la aventura seguros
de estar en un mundo que de ellos, de su sexo, tiene miedo. Su piedad está en
el ser impíos, su fuerza en la ligereza, su esperanza en no tener esperanza”
( La religione del mio tempo)
